El domingo, 25 de noviembre, se celebra a santa Catalina de Alejandría, mártir cristiana del siglo IV que está incluida en el grupo de los santos auxiliadores y es invocada contra la muerte súbita.
Será una jornada en la que el barrio de Murillo en Calahorra celebre una misa en la ermita de santa Catalina y en la que, manteniendo una vieja costumbre, en toda la localidad se regalará a las mujeres una 'barilla' de guirlache con anises o turrón con caramelo almendrado.
Además es jornada en la que están anunciadas fiestas en Hormilleja y en Pipaona, aunque sin poder encontrar su programa, les animamos a entrar en nuestros enlaces para que descubran o redescubran estas localidades.
ARNEDILLO Y EL HUMO
Pero la gran cita de esta jornada es en Arnedillo en donde se volverá a recordar la histórica fecha de 1888 cuando una epidemia de sarampión, seguida de otra de viruela, asoló el pueblo y acabó con la vida de decenas de arnedilleros, sobre todo niños. Sus habitantes decidieron entonces encomendarse a uno de los siete santos que eran patrimonio de Arnedillo. Como no sabían a cuál, al final utilizaron la fórmula salomónica de encender una vela negra junto a la imagen de cada uno de ellos y la que más durase sería el santo elegido. La vela que más tarde se apagó fue la que estaba a los pies de san Andrés. De es forma decidieron nombrarlo patrón de la villa y en su honor se empezaron a celebrar una serie de actos religiosos que hoy tienen su continuidad, como es el traslado de su imagen desde su ermita, en la otra orilla del Cidacos, hasta la iglesia parroquial de Arnedillo. En su día grande, estarán encendidas hasta una veintena de montículos de romero y 'brojo' que han sido mojados en la noche anterior y que al ser encendidos desprenden mucho humo y un aroma especial. Esta procesión del humo se producirá a partir de las 11.30 h. A su finalización de bendicen y subastan los roscos y productos artesanos locales.
No obstante los actos se inician el sábado por la tarde en que los cofrades de san Andrés trasladan la imagen del santo desde su ermita hasta la iglesia, y por la noche celebran un cena de hermandad entre los cofrades y seguidamente una verbena popular.
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| Arnedillo. M. T. |
Pero la gran cita de esta jornada es en Arnedillo en donde se volverá a recordar la histórica fecha de 1888 cuando una epidemia de sarampión, seguida de otra de viruela, asoló el pueblo y acabó con la vida de decenas de arnedilleros, sobre todo niños. Sus habitantes decidieron entonces encomendarse a uno de los siete santos que eran patrimonio de Arnedillo. Como no sabían a cuál, al final utilizaron la fórmula salomónica de encender una vela negra junto a la imagen de cada uno de ellos y la que más durase sería el santo elegido. La vela que más tarde se apagó fue la que estaba a los pies de san Andrés. De es forma decidieron nombrarlo patrón de la villa y en su honor se empezaron a celebrar una serie de actos religiosos que hoy tienen su continuidad, como es el traslado de su imagen desde su ermita, en la otra orilla del Cidacos, hasta la iglesia parroquial de Arnedillo. En su día grande, estarán encendidas hasta una veintena de montículos de romero y 'brojo' que han sido mojados en la noche anterior y que al ser encendidos desprenden mucho humo y un aroma especial. Esta procesión del humo se producirá a partir de las 11.30 h. A su finalización de bendicen y subastan los roscos y productos artesanos locales.
No obstante los actos se inician el sábado por la tarde en que los cofrades de san Andrés trasladan la imagen del santo desde su ermita hasta la iglesia, y por la noche celebran un cena de hermandad entre los cofrades y seguidamente una verbena popular.
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