martes, 14 de mayo de 2013

San Matías como preámbulo a las fiestas de san Isidro

Estamos ante las fiestas de san Isidro, que se celebran el miércoles, 15 de mayo, siendo la jornada en que más pueblos honran al patrón de los agricultores, lo que deja en evidencia que La Rioja es una Comunidad eminentemente agrícola.

Mañana muchos ciudadanos acudirán a misa, portarán la imagen del santo para celebrar una procesión, se unirán para tomar el vermú, una degustación o un aperitivo ofrecido, o no, por el Ayuntamiento de su localidad y se producirá la bendición de los campos. No obstante, dos localidades se acuerdan de san Matías, martes, 14 de mayo, como son Cañas, de donde parte una romería hasta Valvanera y Cenicero que hará el encendido de una hoguera como preludio a la jornada de mañana.  

San Isidro en Calahorra.                A.E.
LA VIDA DEL SANTO

Sesenta y siete con las localidades que tenemos censadas en mis '52 semanas de fiestas y tradiciones en La Rioja', y por ello que honran al patrón de todos los agricultores del mundo, hijo de unos campesinos sumamente pobres que no siquiera pudieron llevar a su hijo a la escuela. No obstante en casa le enseñaron lo que era entonces una profesión de futuro: las labores del campo.

La historia del santo nos indica que a los diez años, Isidro se quedó huérfano y le dieron empleo como peón de campo, ayudando en la agricultura a Juan Vargas, el dueño de una finca cerca de Madrid.

Se casó con una sencilla campesina, que también llegó a ser santa -María de la Cabeza- con la que tuvo un hijo. Se cuenta que Isidro se levantaba de madrugada y nunca comenzaba su jornada sin haber asistido antes a misa.

La envidia que provocaba en sus compañeros de labranza, llevaron a éstos a acusar al patrón de las continuas ausencias de Isidro, pero cuando Juan de Vargas visitó los campos notó que si bien era cierto que Isidro llegaba tarde, mientras oía misa, un personaje 'invisible' le guiaba los bueyes y éstos araban como si el propio campesino los estuviera dirigiendo.

Con la llegada de los mahometanos a Madrid, Isidro tuvo que emigrar. Todo lo que ganaba lo repartía siempre en tres partes: una para el templo; la segunda para los pobres y la tercera para su familia.

Tras diferentes episodios con milagros incluidos, Isidro pudo volver a Madrid en donde trabajó como obrero de una finca.

En el año 1130 murió y a los 43 años de haber sido sepultado le sacaron del sepulcro y vieron que su cadáver permanecía incorrupto, como si estuviera recién muerto, lo que para la gente fue considerado como un milagro mas.

Fue canonizado en el año 1622 junto con santa Teresa, san Ignacio, san Francisco Javier y san Felipe Neri. 





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