lunes, 28 de octubre de 2013

Todo preparado para el Día de Todos los Santos

El próximo viernes es el 1 de noviembre, en el calendario católico el Día de Todos los Santos, que lleva aparejado diferentes fiestas populares que, con el paso de los años, se han ido afianzando o bien, necesitan la ayuda necesaria, convertida en participación, para que definitivamente no se pierdan.

EL 'HALLO-RIOJA'

De hecho la víspera de Todos los Santos -en el mundo anglosajón el conocido ya como 'Halloween' que es la palabra resultante de la contracción 'All Hallows Eve', que traducida quiere decir lo mismo que en español es decir, 'víspera de Todos los Santos', aunque nosotros la podemos interpretar libremente como la Noche de los Difuntos. No obstante, y a pesar del peso que esta jornada -la del 31 de octubre- tiene en el mundo anglosajón, no debemos olvidar que su origen es celta -como fiesta del final del verano- y que con las variaciones propias de los diferentes pueblos que recuerdan esta jornada y el paso de los años, ha conseguido llegar, con  muy buena salud, hasta nuestros días.
 
Huesitos de santos.
POSTRES PARA TODOS LOS SANTOS
Pero además son jornadas para degustar los 'huesitos de santo', unos postres elaborados con la pasta del mazapán -cuyo principal ingrediente es la almendra, recién recogida- lo que le da un color blanco. Elaborados de forma alargada y cilíndrica que les da un cercano aspecto a un hueso con su tuétano, suelen ir rellenos de dulce de yema. No obstante la modernidad y las nuevas generaciones han llevado a los pasteleros a crear huesitos de santo con sabores a chocolate, fresa, café...  con relleno de este mismo tipo de sabores, como los que elaboran en la cadena 'Pan caliente', que tiene tres establecimientos en Logroño y que nos han aportado la imagen que acompaña a este comentario.

La elaboración de estos dulces se remonta a comienzos del siglo XVII, aunque el empleo de mazapán es de la época andalusí y su nacimiento se ha fijado en Madrid, en concreto en el 'Arte de la cocina' de Francisco Martínez Montiño.

Junto a ellos, podemos ver en los escaparates, al típico buñuelo, que es una masa de harina, que se consigue al mezclarse con agua, leche, huevo y levadura, y que se fríe en abundante aceite. Puede, o no, llevar un relleno en el que se echa toda la imaginación y por ello abarca tanto lo dulce como lo salado, la carne, la fruta o el pescado. Esta demostración de la cocina pastelera proviene del tiempo de los moriscos.
 
Y UN LIBRO
 
Una cita ineludible en la jornada del 1 de noviembre es la visita al cementerio para recordar a los familiares o amigos que ya no están. Un lugar en el que prácticamente nos dirigimos a un punto exacto del mismo, que es donde descansan nuestros antepasados, pero que obviamos todo lo hay alrededor. Por ello, y en el caso de Logroño, recomendamos el libro 'El cementerio municipal de Logroño' escrito por Esther de Corta Blanco y Myriam Ferreira Fernández, editado por el IER en colaboración con el Ayuntamiento de Logroño.
 
Un volumen en cuya contraportada nos dicen las autoras de este completo repaso a todo lo que es, significa y se puede ver en el cementerio de Logroño, que "desde que en 1832 se construyó el actual cementerio de Logroño gracias a la iniciativa del presbítero Cayetano de Sierra, su crecimiento ha sido continuo, ampliándose y renovándose progresivamente como fiel reflejo de las actividades, tendencias y cambios que afectaban a la ciudad de los vivos. Por sus calles se entremezclan tumbas y panteones decimonónicos con enterramientos modernos, esbeltos cipreses, ángeles melancólicos, calaveras y relojes alados, recuerdos de personajes ilustres, esculturas de gran valor artístico y fragmentos de la historia dela ciudad". 
 
Un libro totalmente recomendable para aquellos que seguimos viviendo pero que, de vez en cuando, nos detenemos a pensar en la muerte.

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