martes, 10 de junio de 2014

San Bernabé, el pez, el pan y el vino


Reparto del pez.        Moisés Torrealba
Hoy es el gran día del reparto del pez, el pan y el vino en el entorno de la puerta del Revellín, para recordar el Sitio de Logroño y la victoria de los logroñeses sobre el invasor francés, un hito histórico de la ciudad de Logroño.
 
De esta forma hoy los logroñeses, desde las 10.00 horas,  disfrutarán de su ración de trucha, de u ración de pan y del jarrito de vino para cumplir con unas de las tradiciones más atractivas de la ciudad de Logroño.
 

LA QUE FUE UNA BENDICIÓN REGLADA

Hubo unos años en que el pez, del pan y el vino, en jarrita, se presentaba tanto a la primera autoridad municipal como al Obispo para que procediesen, en el primer caso, a su reconocimiento, en el segundo, a su bendición, utilizándose una fórmula que ha pasado al olvido pero que se ha podido rescatar de documentos del pasado.

El Cofrade Mayor porta el pez, el pan y el vino en una bandeja que ofrece al Alcalde o Alcaldesa diciendo:

- Reciba vuestra merced esta ofrenda que os hace en nombre de la ciudad la Cofradía del Pez.

A lo que debía responder:

- Tomo del pan, del pez y del vino, que son a la vez la concreción del carácter logroñés, porque es el pez vuestro esfuerzo, el vino vuestra alegría y el pan vuestra bondad.

Después la autoridad municipal acompañada de tres miembros de la Cofradía se dirigían hacia el Obispo que presidía la procesión e hincando ambas rodillas en tierra, le señalaba:

- Dignaos, Monseñor, impartir vuestra bendición sobre el pan, el pez y el vino, que son la trilogía de la buena gracia.

Para terminar con esta fórmula el Obispo otorgaba su bendición y los miembros de la Cofradía, después de besar el anillo pastoral, se trasladaban hasta las andas de San Bernabé, en las que quedaba depositada tan simbólica ofrenda.

Esta fórmula no es ya utilizada, aunque sí la bendición de los alimentos por parte del Obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño cuando la procesión llega a las Murallas del Revellín.

En cuanto a los peces, siempre habían sido ciprínidos, o lo que es lo mismo, peces de cuerpo fusiforme o alargado con una aleta dorsal generalmente corta, dientes faríngeos y esqueleto osificado total o parcialmente. Tienen una sola hendidura branquial y se pueden encontrar en aguas dulces, preferentemente encharcadas. Tradicionalmente estos peces eran pescados en el río Ebro unos días antes de su consumo; pasado el tiempo, se pescaban durante los meses de febrero o marzo manteniéndose congelados a temperaturas entre diez y veinticinco grados bajo cero hasta días antes de la celebración que pasaban a frigoríficos de cero grados. No obstante y dadas las dificultades de conseguir la cantidad de piezas que se necesitan para celebrar este acto, la Cofradía del Pez decidió en 2005 cambiar este pez por un trozo de trucha de piscifactoría, con lo que consiguieron un buen producto, sin problemas sanitarios, con el que se puede seguir manteniendo la tradición… un cambio que además ha sido aplaudido por la ciudadanía.

En la actualidad las cifras que mueve la Cofradía del Pez están en los 900 kilos de alevines truchas, 22.000 raciones de pan, 1.500 litros de vino cortesía de la familia Vivanco y 300 litros de aceite Rihuelo, del alfareño Clemente Bea.

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